Hemos estado en cuarentena ya algunos meses y nos ha puesto fuera de nuestros hábitos. Veo como desesperadamente vienen mis pacientes con muchas ganas de hacerse su acupuntura semanal, mensual o para muchos su primera acupuntura. Buscando una salida de casa o simplemente aliviar de alguna manera esos sentimientos que han estado encerrados por tanto tiempo. Muchos de ellos con dolencias por la falta de movilidad en esta cuarentena, llenos de miedos e incertidumbre sobre el virus y sus vidas en general. Buscan en la acupuntura un aliado al cual han tenido fe en el pasado y creen al cien por ciento en esta medicina ancestral.
El estrés en la medicina china
En la medicina china el estrés es causado por el estancamiento de Qi. Qi es energía que está dentro de nuestros cuerpos y nos da vida. El Qi atrapado produce dos tipos de dolor: físico y emocional. En esta cuarentena se ve mucho estancamiento de Qi por el simple hecho de estar encerrados y no poder salir.
Los dolores se pueden manifestar de varias maneras como dolores de cabeza, de espalda, de cuello, y también afecta a la digestión. Causando dolores abdominales, estreñimiento, acidez, llenura y gases. En la parte emocional, la persona puede presentar síntomas como tristeza, ansiedad, y en casos severos, depresión.
El tratamiento con acupuntura
La acupuntura es la mejor manera de mover el Qi. El tratamiento de acupuntura hace que el Qi vuelva a fluir nuevamente, aliviando varios síntomas. Quizás se necesite algunas sesiones hasta volver a un estado de balance total. Y que los síntomas desaparezcan por completo.
Otras formas de mover el Qi:
Hay otras formas de hacer que el Qi se mueva para aliviar el estrés de la cuarentena. El masaje también ayuda a mover el Qi. El ejercicio es una de las mejores maneras. Caminar, correr, hacer yoga o tai chi ayuda a mover la energía y aumenta la misma. El alimentarse correctamente ayuda a tener una buena energía. Comiendo alimentos que nutren nuestro cuerpo como legumbres, verduras, frutas, granos, cereales y proteínas. Evitando los lácteos, el azúcar, comida procesada y las grasas saturadas.